La enfermedad en un sueño se refiere a una dolencia del
alma, un patrón enfermo. Las experiencias pasadas, los traumas, los patrones y
creencias limitantes van sobrecargando la psique con energía negativa que merma
la salud de nuestros cuerpos. Siempre se verifica cualquier estado antes en los
cuerpos sutiles que en el físico, y solo después de un prolongado periodo de
tiempo se materializa en el plano físico. La mente tiene fuerza creadora, y
dicha fuerza puede ser utilizada para desLa enfermedad en un sueño se refiere a
una dolencia del alma, un patrón enfermo. Las experiencias pasadas, los
traumas, los patrones y creencias limitantes van sobrecargando la psique con
energía negativa que merma la salud de nuestros cuerpos. Siempre se verifica
cualquier estado antes en los cuerpos sutiles que en el físico, y solo después
de un prolongado periodo de tiempo se materializa en el plano físico. La mente
tiene fuerza creadora, y dicha fuerza puede ser utilizada para destruir o para
construir. Así pensamos, así sentiremos, así manifestaremos.
La enfermedad materializada en el cuerpo es una de las manera en que nuestro Ser interno se
comunica con nosotros, es la respuesta de la materia a un estado mental
inarmónico. Cada parte de nuestro cuerpo corresponde a una función mental o
anímica, el cerebro es la inteligencia, el corazón el amor, las piernas
representan nuestra fuerza y potencia, el aparato digestivo es la asimilación.
......
Hoy en día existen muchos y buenos estudios sobre el mensaje
simbólico que encierran las enfermedades, estudios que nos hacen por fin tratar
la enfermedad como una amiga que nos procura un aprendizaje consciente, y no
como una enemiga con la que entablar una guerra. Resulta de gran ayuda para
interpretar una dolencia investigar cuándo empezó, qué estábamos pensando en
aquel momento, a qué nos obliga la enfermedad (¿a parar, reflexionar o a
caminar?), qué empezamos a hacer o a pensar a raíz de padecerla, qué tipo de
sentimientos despertó en nosotros que de otro modo no hubiéramos sentido. !Ante
una enfermedad grave, muchos confiesan haber comenzado a vivir realmente! Eso
que nos vemos obligados a aprender, es lo que hemos de reconocer y mantener una
vez sanos.
Los enfermos de riñón tienen problemas para filtrar las
emociones, los de garganta les cuenta decir lo que sienten, dolores en los
codos para los que no quieren dar su brazo a torcer, problemas en las rodillas
para los que les cuesta ser humildes y eso les dificulta su evolución, en los
pies para los que caminar por la vida les resulta doloroso, en las manos por
complejo de culpabilidad o creatividad bloqueada, en el hígado para los
afectados de ¨victimitis¨ en permanente insatisfacción p ira que causa pérdida
de poder personal, de piel para los que se sienten invadidos y agredidos, o
respiratorios para los que se resisten a aceptar la vida y vivirla con
plenitud.
En ocasiones, la enfermedad es el último recurso que nos
queda para aprender una determinada lección. La cuestión es: ¿hace falta sufrir
para aprender? ¿Podríamos aprender a través del juego, del disfrute, del
ejercicio, del ensayo? ¿Podríamos cambiar el concepto de la vida como "un
valle de lágrimas" por el de "la tierra prometida"? Sí, mediante
un ejercicio consciente de transformación que no obligue al superior a utilizar
métodos más dolorosos.
Si sueñas con la enfermedad o la padeces con demasiada
frecuencia, además de su carácter simbólico, revisa si tienes una mala opinión
de tu cuerpo, de tu materia. Revisa si crees que tu cuerpo es inferior, si es
malo o ignorante porque enferma, si piensas que no hay otro remedio que
enferme, es decir, revisa todos los pensamientos limitantes y negativos sobre
tu cuerpo y cámbialos. Tu cuerpo puede ser una máquina perfecta, si lo que
recibiera de ti fuera ayuda, pensamientos positivos y de amor.
Muchas veces ocurre que el trabajo espiritual desvela una
creencia antigua y heredada de nuestros mayores de que es más importante el
espíritu que la materia, y eso acaba desatando dolores en el cuerpo. No es
cierto.
